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Sexualidad o genitalidad, ¿que opcion tomar?, ¿con cual me hago mas persona? Los métodos naturales de regulación de la fertilidad constituyen una forma sana y responsable de entender y vivir la sexualidad.
miércoles, febrero 27, 2013
SEXUALIDAD VS AMOR
viernes, febrero 22, 2013
HAY PÍLDORA DÍA DESPUÉS NO ABORTIVA?. POLÉMICA OBISPOS ALEMANES
La prensa mundial está publicando titulares como éste de agencia Reuters: "La Iglesia católica alemana permite la píldora postcoital en violaciones"
Aunque la nota de Reuters en español es bastante correcta, el título induce a gran confusión. ¿Puede la Iglesia en Alemania permitir algo que sea inmoral, y como tal es combatido por la Iglesia en el resto del mundo? ¿Cuál es el problema con la píldora poscoital?
La Iglesia defiende el derecho a la vida de cada individuo de la especie humana, desde su concepción hasta la muerte. Las "píldoras postcoitales", también llamadas "píldoras del día después", son unos fármacos que se toman después de tener unas relaciones sexuales para evitar el embarazo. Por lo general, esta píldora tiene un efecto anticonceptivo, pero también tiene efecto abortivo porque puede provocar un mecanismo anti-implantatorio: si ya ha habido concepción, puede destruir al embrión humano.
Por eso, por ese posible efecto abortivo, la Iglesia se opone a estas píldoras, igual que a cualquier otro aborto o uso de fármacos para matar seres humanos, grandes o pequeños.
Aunque la nota de Reuters en español es bastante correcta, el título induce a gran confusión. ¿Puede la Iglesia en Alemania permitir algo que sea inmoral, y como tal es combatido por la Iglesia en el resto del mundo? ¿Cuál es el problema con la píldora poscoital?
La Iglesia defiende el derecho a la vida de cada individuo de la especie humana, desde su concepción hasta la muerte. Las "píldoras postcoitales", también llamadas "píldoras del día después", son unos fármacos que se toman después de tener unas relaciones sexuales para evitar el embarazo. Por lo general, esta píldora tiene un efecto anticonceptivo, pero también tiene efecto abortivo porque puede provocar un mecanismo anti-implantatorio: si ya ha habido concepción, puede destruir al embrión humano.
Por eso, por ese posible efecto abortivo, la Iglesia se opone a estas píldoras, igual que a cualquier otro aborto o uso de fármacos para matar seres humanos, grandes o pequeños.
miércoles, febrero 13, 2013
AUMENTO DE LAS ETS EN ESPAÑA
De los 91 casos detectados en 2004 se ha pasado a 369 en 2012, mientras la resistencia al antibiótico que la combate ha crecido en Norteamérica, Australia, Francia, Noruega, Suecia y Reino Unido. La sífilis también aumentó durante 2010 en el Estado español
El incremento de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) en España, "sobre todo entre los homosexuales", es un hecho que va cobrando cada vez más fuerza. La última voz de alarma proviene de Canadá, y hace referencia al aumento de la resistencia al antibiótico que combate la gonorrea.
Un estudio realizado por un equipo dirigido por la microbióloga Vanessa G. Allen muestra que el 7% de los pacientes tratados con la cefixima, el antibiótico que se utiliza desde hace años para combatir lagonorrea, constatan una resistencia al tratamiento, un porcentaje que crece significativamente en toda Norteamérica desde el año 2000.
De los 133 pacientes que se sometieron a una prueba de curación tras el tratamiento en una clínica de Ontario, 13 de ellos mostraban aún la enfermedad tras el tratamiento con el antibiótico. Según los autores del estudio, el fracaso clínico ocurrió en cuatro de 76 infecciones uretrales (5,26%), dos de siete infecciones faríngeas (28,6%), y tres de 39 infecciones rectales (7,69%).
Cada año se estima que hay más de 700.000 casos de gonorrea en todo el mundo, al ser una de las infecciones sexuales más comunes. En países como Australia, Francia, Noruega, Suecia y Reino Unido no solo repunta el número de enfermos, sino que también lo hacen los casos de resistencia, según informaba el diario El País este lunes, 28 de enero.
martes, febrero 12, 2013
MEDICACIÓN Y HOMOSEXUALIDAD
El pasado mes de noviembre de 2011 saltaba la noticia de que el Tribunal de Apelación de Rennes condenaba a la empresa farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) a pagar 197.000 euros a Didier Jambart, un francés de 52 años enfermo de parkinson, que se volvió adicto al sexo gay y al juego a consecuencia de los efectos secundarios generados por el medicamento para tratar su enfermedad, “Requip”, según explicaba entonces el diario ABC.
De esta forma, se puso punto y final al “infierno” en el que, según Didier Jambart, se convirtió su vida en 2003, cuando los médicos decidieron recetarle “Requip” tras detectarle la enfermedad, hasta que en 2005 decidió dejarlo. A lo largo de estos dos años, Jambart se gastó todos los ahorros de su familia -82.000 euros, según sus abogados- en el juego y además se volvió adicto al sexo con otros hombres. Incluso se travestía y mantenía contactos por internet.
Didier Jambart, que lloraba tras conocer la sentencia, aseguró al tribunal haber tenido ocho intentos de suicidio en este tiempo. Por suerte, siempre ha contado con el apoyo de su mujer y sus hijos.
El Tribunal de Nantes, en 2011, ya había condenado a GSK a pagar 117.000 euros al considerar que “Requip” era “un producto defectuoso”.
De esta forma, se puso punto y final al “infierno” en el que, según Didier Jambart, se convirtió su vida en 2003, cuando los médicos decidieron recetarle “Requip” tras detectarle la enfermedad, hasta que en 2005 decidió dejarlo. A lo largo de estos dos años, Jambart se gastó todos los ahorros de su familia -82.000 euros, según sus abogados- en el juego y además se volvió adicto al sexo con otros hombres. Incluso se travestía y mantenía contactos por internet.
Didier Jambart, que lloraba tras conocer la sentencia, aseguró al tribunal haber tenido ocho intentos de suicidio en este tiempo. Por suerte, siempre ha contado con el apoyo de su mujer y sus hijos.
El Tribunal de Nantes, en 2011, ya había condenado a GSK a pagar 117.000 euros al considerar que “Requip” era “un producto defectuoso”.
lunes, febrero 11, 2013
LA IZQUIERDA Y LAS UNIONES HOMOSEXUALES
Puede parecer que el reconocimiento de las uniones homosexuales como matrimonio es un asunto muy debatido. Y sin duda lo es en los parlamentos, en los tribunales y en la opinión pública. Sin embargo, aun tratándose de un tema que merece una atenta reflexión, sorprende que en los ambientes intelectuales, que al final son los creadores de opinión, esté hoy mal visto expresar opiniones contrarias al matrimonio gay. ¿No revela esto un conformismo que ha cambiado de dirección? ¿La independencia de juicio se somete al temor de desafinar en el coro?
En Italia ha sido Ernesto Gallí de la Loggia (1942, historiador y publicista), el que ha suscitado la cuestión en el Corriere della Sera. Galli della Loggia, un intelectual procedente de la izquierda laica y que hace gala de un pensamiento independiente, se preguntaba en un primer artículo (30 de diciembre) por qué —fuera de la Iglesia Católica y, recientemente, del judaísmo (el Gran Rabino de Francia, Gilles Bernheim)— no existan voces que cuestionen la pretensión matrimonial de las uniones homosexuales y de la adopción por parte de esas parejas. Galli hablaba de “las religiones que desafían el conformismo sobre los gays”, y se hacía eco sobre todo de los argumentos de Bernheim, mostrando su sintonía con los de Benedicto XVI. De ahí concluía “lo importante que es que la discusión pública se realice con valentía, desafiando el conformismo que a menudo se extiende entre la intelectualidad convencional y en el mundo de los media”. Y lo aplicaba al caso de Italia donde, decía, “es siempre tan fuerte la tentación de tener razón aplicando etiquetas al que disiente en vez de discutir los argumentos”.
Le contestó desde Il Foglio (15 de enero) Luigi Manconi, quien se preguntaba cómo se puede hablar en este tema de sometimiento al mainstream de las ideas dominantes en un país donde todavía no hay ningún reconocimiento civil para las uniones homosexuales y en el que muchas veces esas personas son discriminadas y despreciadas. La mentalidad y los sentimientos colectivos distarían mucho de reconocer su diversidad.
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